SEGURIDAD Y EFECTIVIDAD DEL ENTRENAMIENTO CON SOBRECARGA PARA ATLETAS JUVENILES
Los beneficios del entrenamiento juvenil con sobrecarga están bien documentados y están siendo aceptados de manera universal entre los profesionales de la salud, en especial en los Estados Unidos (11, 12), y cada vez más en el Reino Unido (43). En la actualidad las asociaciones de profesionales de aptitud física y las organizaciones de salud están de acuerdo en que el entrenamiento juvenil con sobrecarga apropiado para la edad es seguro y beneficioso cuando se lo realiza bajo una supervisión calificada (12, 27, 43). No obstante, el reconocimiento público de estos beneficios continúa rezagado, aún existen malentendidos y conceptos erróneos.
Históricamente, las preocupaciones acerca de que el entrenamiento juvenil con sobrecarga deriva en un riesgo considerable de dañar las placas de crecimiento. Esto podría interferir de manera potencial en el crecimiento normal. En realidad, nunca se ha documentado el daño a las placas de crecimiento con programas de entrenamiento de fuerza para niños que hayan sido administrados y supervisados por personal calificado. De hecho, los estudios que utilizan un entrenamiento con sobrecarga adecuado, informan un índice bajo de lesiones de cualquier tipo (11). Lejos de frenar el crecimiento, la prueba contemporánea es que el entrenamiento con sobrecarga, combinado con una nutrición adecuada, tiene el potencial de aumentar el crecimiento en el marco de los límites genéticos en todas las etapas del desarrollo (11).
Las causas más comunes de lesión al comenzar un entrenamiento con sobrecarga incluyen la técnica de levantamiento incorrecta, el intento de levantar cargas excesivas, el uso inapropiado de los aparatos y la ausencia de una supervisión calificada (11). Todos estos factores pueden reducirse o eliminarse con un entrenamiento administrado y supervisado de manera adecuada (43).
Naturalmente, los jugadores jóvenes, como cualquier levantador inexperto, deberían comprometerse sólo con programas de entrenamiento de fuerza preparados por entrenadores calificados, con aparatos seguros y con la supervisión de instructores calificados. Sin embargo, si se reúnen estas condiciones, no hay razones de seguridad para evitar que los jugadores jóvenes inicien un entrenamiento de fuerza supervisado (27). La realidad es que los niños están expuestos a fuerzas mayores y de mayor duración durante la práctica de deportes y actividad física recreativa que aquellos que se encuentran en medio de un entrenamiento de fuerza, aún cuando vayan a realizar un levantamiento máximo (11). De todos los ejercicios del entrenamiento con sobrecarga, es posible que los ejercicios del entrenamiento de fuerza abusen de las mayores fuerzas del sistema músculo-esquelético joven. A pesar de todo, el informe de lesiones sugiere que el entrenamiento y la competencia de fuerza que se realiza bajo la supervisión de entrenadores calificados es una de las actividades atléticas más seguras que emprenden los atletas jóvenes (19).
MECANISMOS IMPLICADOS EN LAS GANANCIAS DE FUERZA EN ATLETAS PRE-PUBERES Y ADOLESCENTES
Para los atletas pre-púberes, los niveles más bajos de hormonas anabólicas circulantes limitan la contribución de la hipertrofia (es decir, el crecimiento de tejido magro) a las ganancias de fuerza (11), y los cambios que ocurren en los músculos parecen ser más bien cualitativos que cuantitativos. De esta manera los efectos neurales parecen apuntalar muchas de las ganancias del entrenamiento con sobrecarga en estos atletas jóvenes. Se sugiere que dichas adaptaciones neurales incluyan una mejor concentración y activación de los músculos que se movilizan durante el movimiento que se entrena. Asimismo se cree que una coordinación motora incrementada dentro y entre los grupos musculares contribuye a las ganancias de fuerza posteriores al entrenamiento. Debido a la naturaleza de estas adaptaciones del entrenamiento, dichas ganancias de fuerza parecerían ser menos permanentes; los jugadores pre-púberes mostrarán efectos marcados de desentrenamiento una vez que se discontinúe el entrenamiento con sobrecarga regular (11). Sin embargo, los programas de mantenimiento moderado (1 o 2 veces por semana) parecen ser suficientes para mantener las ganancias de fuerza.
La mayor respuesta hormonal al entrenamiento con sobrecarga en la adolescencia más que en las etapas de desarrollo anteriores lleva a cambios estructurales de los músculos y tejidos conectivos asociados (11).
Como resultado, en este grupo de más edad se ven cambios marcados en la hipertrofia muscular y las ganancias de la masa libre de grasa. Por lo tanto tales incrementos en el área muscular de sección cruzada y los cambios en las proteínas musculares aumentan las ganancias en la fuerza de origen neural que se producen.
EL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA PARA LA MEJORA DEL RENDIMIENTO EN LOS DEPORTES JUVENILES
Se está comenzando a reconocer que los jugadores jóvenes pueden experimentar beneficios provenientes del entrenamiento de fuerza similares a aquellos que se observan en los adultos (11). Todos los deportes juveniles demandan, en distintos grados, fuerza y potencia para superar el peso corporal del propio jugador en movimiento y la resistencia de los oponentes, en particular en los deportes de contacto. Se deduce que el desarrollo de fuerza a través del entrenamiento con sobrecarga debería afectar de manera positiva el rendimiento en el deporte del jugador joven (43).
Los efectos del entrenamiento de fuerza en los jugadores jóvenes, que incluyen un incremento de fuerza y mejoras en las habilidades motoras y la coordinación, tienen el potencial de mejorar el atletismo. A menudo se observan en los niños mejoras en las marcas de las mediciones de rendimiento motor después del entrenamiento con sobrecarga (43). Se han notado cambios positivos en el salto vertical, el salto de longitud desde parado, los tiempos de esprint y los tiempos de agilidad de carrera (11).
La información disponible de la cantidad limitada de estudios que se han publicado indican que se pueden lograr incrementos en la flexibilidad, en particular si el entrenamiento con sobrecarga incorpora la extensión, el precalentamiento y el enfriamiento específicos (43). Esto parece rebatir las preocupaciones de que en algunos deportes juveniles el entrenamiento con sobrecarga llevará al joven atleta a volverse musculoso y, en consecuencia, a disminuir su flexibilidad y rango de movimiento. El calentamiento antes del entrenamiento y las prácticas de equipo deberían incluir ejercicios de flexibilidad dinámica, esta forma de extensión parece ofrecer la preparación más efectiva para la actividad dinámica (30). También hay algunas pruebas de efectos adversos en el rendimiento atlético asociados a la práctica de la extensión estática inmediatamente antes de la actividad dinámica (6). La extensión estática y la asistida por el compañero aún son importantes como medio para desarrollar la flexibilidad. Sin embargo, en base a las pruebas disponibles, parece razonable restringir su utilización para el enfriamiento después de las sesiones o para las sesiones de flexibilidad independiente con el fin de evitar cualquier efecto perjudicial en el rendimiento.
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