Por qué incluir Educación Física entre las Metas Educativas 2021. Hace más de 200 años, los pedagogos más relevantes y reconocidos del mundo educativo (Pestalozzi, Freinet, y muchos otros) han defendido la necesidad de establecer un sistema educativo cuya principal finalidad fuera la educación integral de los sujetos, y han desarrollado proyectos concretos para hacer realidad dicha finalidad. Desde una concepción de educación integral, la escuela debe favorecer el desarrollo de todas las dimensiones y capacidades del ser humano: cognitiva, corporal, motriz, afectiva y social. Por lo tanto, el Sistema Educativo debe “brindar una formación corporal, motriz y deportiva que favorezca el desarrollo armónico de todos/as los/as educandos/as y su inserción activa en la sociedad”3. Del párrafo anterior se infiere que el aprendizaje de la Educación Física es un derecho para los alumnos y su enseñanza, una obligación del Estado a través del Sistema Educativo. La inclusión de la Educación Física como saber socialmente significativo entre las Metas educativas 2021, se fundamenta en el aporte formativo con que esta disciplina contribuye a la educación integral de los niños, adolescentes y jóvenes, y con la educación del sujeto (a lo largo de su existencia), a través de la enseñanza de saberes valiosos y relevantes para toda la vida. En tanto disciplina pedagógica, y dado que en la mayor parte de los países de Iberoamérica es considerada una disciplina curricular, la Educación Física debería insertarse plenamente en los diferentes niveles de los sistemas educativos iberoamericanos y en las instituciones educativas, recreativas y deportivas, a través de sus contenidos específicos: los saberes corporales, motores y lúdicos, para procurar el enriquecimiento personal y el desarrollo de las diferentes capacidades de los alumnos y permitir nuevas creaciones culturales en lo corporal y lo motor. Todos los niños, niñas y jóvenes tienen el derecho de participar en los logros de la cultura y desarrollar plenamente su competencia motriz (o la disponibilidad corporal para la acción), con el propósito de integrarlos a una cultura de movimiento. La construcción de la competencia motriz –orientada hacia el logro de la disponibilidad corporal- es un proceso dinámico y complejo, caracterizado por una progresión de cambio en las posibilidades de dominio de uno mismo y de las actividades corporales con otros o con los objetos en el entorno (Ruiz Pérez; 1995). Proceso en el cual el sujeto va resignificando las percepciones y valoraciones que hace sobre sí mismo referidas, en principio, a la actuación motriz, mejorando y fortaleciendo la construcción de la subjetividad y las interacciones con otros. Esta construcción se da a partir de las múltiples interacciones, en las que intervienen el conjunto de informaciones, formas de hacer, actitudes y sentimientos, que permitirán al sujeto una práctica motriz autónoma y la superación de los diferentes problemas motores que se le plantean, tanto en la clase de Educación Física, como en el patio, en los momentos de juego, de la actividad motriz espontánea, y fundamentalmente en su vida cotidiana. Por tanto, es indispensable que Educación Física sea considerada e incluida en todos los proyectos o programas educativos que persigan entre sus finalidades, el desarrollo integral de las potencialidades de los sujetos. De lo contrario, se incurriría en una embestida frontal al modelo de educación integral y un grave retroceso educativo, que nos llevaría a modelos pedagógicos ya superados hace casi un siglo. No obstante, genera cierta perplejidad que cuanto más importancia parece darse a temas como la convivencia, la educación en valores, la educación para la ciudadanía, entre otros, se subordinen u omitan aquellas áreas curriculares que más pueden aportar a modelos de educación integral y educación en valores y convivencia, como es la Educación Física. |
sábado, 7 de mayo de 2011
educacion fisica
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario